jueves, 8 de febrero de 2018

Escribes para no olvidar

Escribes para no olvidar, se quedan plasmados en hojas garabatos de los buenos y los malos recuerdos que van pasando por tu día a día, por tu vida, esos pensamientos que necesitas sacar de tu cabeza para poder recordarlos en un futuro.
Seamos honestos el glamour de las historias esta en leerlas, en que exista un emisor y un receptor, de ahí la importancia de la autenticidad, si no eres auténtico jamás podrás reconocerte en un texto, estarás leyendo palabras de alguien más, ideas de alguien más, sin poder creer en tus propias palabras.

Es por eso que quienes escribimos tenemos una manera de recordar o de crear y moldear la realidad, por que para quien lee nuestras palabras, nos volvemos un vehículo entre la realidad y la imaginación, nos volvemos sus ojos, su voz la voz de otros y el mundo que percibe. Por eso me gusta escribir, hoy más que otros días, por que me acuerdo de lo bien que me sentía en compañía de ella.

Hacía frío, y el viento comenzaba a pegar en la cara, mientras nos acercábamos me puse a pensar en cuanto me gusta el frío, y es que es el clima más sincero, te hace valorar las cosas; tu sabes... como un abrazo improvisado, tener a alguien cerca contigo, un te caliente o una buena charla, te hace recordar tu hogar.

El frío te muestra el carácter de una persona, su forma de afrontar las dificultades. Y nosotros estábamos ahí, en el frío, caminando de regreso al auto después de no se cuanto tiempo de estar platicando. Y es que su voz sorprende en cuanto la escuchas, no es una voz común, porque tiene pasión, al hablar, pasión por la vida, por sus recuerdos y su aprendizaje. Tiene la emoción de ser sincera al hablar en un mundo donde la mayoría aparenta y se pone máscaras a todas horas para poder funcionar con las demás máscaras con las que se convive.

La escucho hablar, e inevitablemente llegan historias y pensamientos a mi cabeza sobre mi vida, sobre mi historia y lo que he vivido. Cosas por compartir y que no se da muy seguido.

Yo estoy consciente del peligro que representa ser vulnerable, decir me gustas, quiero salir más contigo, conocerte. Pero la realidad es que si no vas por lo que quieres jamás se van a cumplir tus sueños.

Podemos estar tranquilos debajo de un árbol en llamas pero jamás podremos estar tranquilos en sobre un tronco a mitad del mar.

Así es como vivimos, preocupados por el futuro sin poder disfrutar el presente, y si quiero disfrutar este día solo me basta con dejarme fluir.

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