El primer viento de invierno sopló desde el norte,
y en su aliento tenia hielo
y cencellada dura.
Era sucio, tenia filo y cortaba como navaja,
si te tocaba podrías lavarte y lavarte
hasta que tu piel quedara hecha jirones
y ensangrentada,
pero jamas volvería a quedar limpio.
Los desperdigó hacia la noche ,
los seres callados
con la muerte en los ojos.
Pero se fueron
más tentativamente de como llegaron,
como si hubieran visto algo profano
en sus adentros
algo que jamas podrían olvidar.
Y se fueron lentamente, uno por uno,
con desgano, dejando la seguridad de la luz
por la helada certeza de la oscuridad.
Pareció que la noche los aspiro
llevándoselos al centro de su oscuro corazón.
Fue como si la oscuridad se los hubiera tragado...
Quizá si lo hizo.
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