martes, 2 de julio de 2013

Judith

La calle estaba vacía y el sonido del viento era imperceptible, la humedad corría por los huesos de Judith que estaba sentada de frente a la parada de autobús, solo una luz la iluminaba y se perdía en la oscuridad de la noche.

Ella esperaba que llegaran después de su recital de piano, pero no habían llegado, y no habían ido a verla, típico de su familia.

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